Durante los seis días de navegación desde Dársena “Eco” del Puerto de Buenos Aires hasta fondear frente a la ciudad de Ushuaia, la tripulación del rompehielos se instruyó y ejercitó en los diferentes roles: de abandono, de lucha contra incendio, y control de averías.
Para el caso de abandono se remarcó el sentido de circulación, uso y manejo de salvavidas, el correcto armado del bolso de desembarco y se asignaron los botes salvavidas.
Son cuatro los botes salvavidas con los que cuenta el rompehielos distribuidos de a dos en cada una de las bandas, de estribor y de babor, los cuales son de última generación, con capacidad hasta para 80 personas y, en cumplimiento a las reglamentaciones vigentes, cerrados para cerciorar la seguridad y salvamento de las personas, con asientos y cinturón de seguridad, con víveres y agua potable.
Asimismo, desde el puente de observación se desarrollaron clases de navegación antártica a cargo del Capitán de Navío (RE) Guillermo Palet, director -desde hace nueve años- del Curso de Navegación Antártica que brinda anualmente la Armada, entre la última semana de agosto y la primera de septiembre y cuenta con 28 ediciones. Convoca específicamente a oficiales de cubierta para que, además de enseñarles a navegar en el hielo, instruirlos acerca del sistema del Tratado Antártico, la legislación vigente y los compromisos asumidos por el país como miembro de ese sistema.
A estas clases asistió personal en comisión, de la dotación complementaria y de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), a quienes se les transmitió parte de la experiencia adquirida en estos 113 años de presencia ininterrumpida en la Antártida.