Unidades de Superficie
Área Naval Atlántica

El aviso ARA “Alférez Sobral” conmemoró el 37° aniversario de su Bautismo de Fuego

La ceremonia se realizó a pie de muelle frente a la unidad, y contó con la participación del Subjefe del Estado Mayor General de la Armada, Vicealmirante VGM Eduardo Alberto Fondevila Sancet, ex tripulante en el ‘82.


viernes 3, mayo 2019

Mar del Plata – Esta madrugada se realizó la ceremonia en conmemoración del 37° aniversario del Bautismo de Fuego del aviso ARA “Alférez Sobral”. Fue presidida por el Comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, Contralmirante Fabián Gerardo D’Angelo, quien estuvo acompañado por el Comandante del Área Naval Atlántica, Comodoro de Marina Gabriel Eduardo Attis, y el Comandante de la División Patrullado Marítimo, Capitán de Navío Marcelo Alejandro Dalle Nogare.

Los ex tripulantes del año 1982 formaron frente a la unidad, junto a familiares e invitados especiales, sobre el muelle Oeste de la Base Naval Mar del Plata, donde se encuentra amarrada. Entre ellos, se destacó la presencia del Subjefe del Estado Mayor General de la Armada, Vicealmirante VGM Eduardo Alberto Fondevila Sancet.

Previamente, se realizó una vigilia en el Salón Brown de la Base Naval Mar del Plata, donde se reunieron y compartieron anécdotas. A las 23.30, ya formados frente a la unidad, se dio inicio a la ceremonia con los acordes del Himno Nacional Argentino, tocados por la Banda de Música del Área Naval Atlántica.

A continuación, el Teniente de Corbeta Martín Roberto Villa Jara leyó fragmentos del Libro de Navegación, correspondientes a los meses de abril y mayo de 1982, cuando el aviso se encontraba cumpliendo estación entre las Islas y el continente como buque de rescate, ante la posibilidad de posibles naufragios. “Durante la noche del 1 de mayo se le ordenó destacarse en búsqueda de dos pilotos de un avión Camberra, caído a 90 millas al Norte del Estrecho de San Carlos. Fue así que el 2 de mayo se navegó en demanda de ese punto de referencia para iniciar la búsqueda y el oportuno rescate de los pilotos. Durante el trayecto, se exhibió permanentemente la bandera de Buque Hospital, de fondo blanco con una cruz roja en su centro, emitiendo con radar en forma continua y efectuando toques de sirena regularmente. Al caer la noche, se encendieron las luces de navegación y cubierta.”

Luego repasó las duras contingencias vividas durante los 3 días en que navegaron sin gobierno y comunicaciones reducidas por los daños, hasta el 5 de mayo. “Una aeronave de la Fuerza Aérea se aproximó al buque en vuelo rasante, indicando el arrumbamiento que debía seguir la unidad y, a su vez, señaló los peligros para la navegación en la derrota. Posteriormente estableció contacto con el buque de desembarco ARA ‘Cabo San Antonio’, el guardacostas GC-77 ‘Golfo de San Matías” y el destructor ARA ‘Py’. Con ayuda de personal del ‘San Antonio’, evacuaron al personal herido y retiraron a los fallecidos a causa del último ataque”, explicó el Teniente Villa Jara.

Y finalizó: “El buque arribó a Puerto Deseado, siguiendo las aguas del ARA ‘San Antonio’. A las 21.15 de la noche del 5 de mayo, el aviso finalmente se encontraba amarrado a muelle”.

El Capellán de la Base Naval, Padre David Ochoa, realizó una invocación religiosa, tras lo cual el Contralmirante D’Angelo, el Comodoro de Marina Attis, el Capitán de Navío Dalle Nogare, el Capitán de Navío (RE) Sergio Bazán –Segundo Comandante en 1982– y el Suboficial Segundo (RE) Roberto Moser –Cabo Principal Maquinista al momento del conflicto– colocaron una ofrenda floral en el alerón de estribor del aviso. La ceremonia finalizó con la entonación de la Marcha de Malvinas, tras lo cual los ex tripulantes acompañados por sus familiares, subieron a bordo y recorrieron la unidad.

El Vicealmirante Fondevila Sancet reflexionó: “Estoy rodeado de gente que supo trabajar en equipo, tener entereza y templanza para, con un terrible esfuerzo, vencer el miedo natural de todo ser humano para poder responder en forma adecuada y llevar el buque a destino. Fue un gran equipo de trabajo en una situación que, inevitablemente, nos ha dejado ligados de por vida. Es por eso que la emoción es tan fuerte cada vez que volvemos a juntarnos, porque somos parte el uno del otro”.

Y agregó: “La dotación que trabajó sin descanso para reparar y alistar el buque, fue la misma dotación que fue a Ushuaia de estación. Fue un lazo tan grande el que generamos como equipo, que al momento de las despedidas se hicieron imposibles las palabras. Hoy, estando todos presentes acá, el sentimiento es el mismo. Una profunda alegría, aunque cargada de angustia. Gracias a la respuesta de todo este grupo es que pudimos llegar a puerto y estar compartiendo este momento ahora”.

Compartir en...