En la ciudad de Caá Catí, terruño del Contralmirante de Infantería de Marina, fue homenajeado quien fuera Comandante del BIM5 durante la Guerra de Malvinas. Se colocaron placas conmemorativas en su memoria.

Corrientes – Caá Catí, ciudad distante 126 kilómetros de la capital de la provincia, es la cuna de un héroe de Malvinas. En esa ciudad correntina nacía el 8 de septiembre de 1933, hace 85 años, Carlos Hugo Robacio; quien allí residiría hasta su ingreso a la Armada Argentina como Cadete de la Escuela Naval Militar, el 18 de enero de 1954.

Cinco décadas después de su nacimiento, con el grado de Capitán de Fragata, este infante de Marina caacateño recibiría el reconocimiento del oponente y de la Nación Argentina, que lo condecoró con la Medalla “La Nación Argentina al Valor en Combate” por su accionar durante la Guerra del Atlántico Sur, principalmente durante los combates en Monte Tumbledown, Sapper Hill y Monte William.

En 1988, cuando Robacio era Capitán de Navío, el Municipio de Caá Catí le realizó un homenaje y un año después fue declarado ciudadano ilustre. Pero su actual intendente municipal, doctor Jorge Meza, pensó que faltaba más. “Le debíamos a nuestro héroe un reconocimiento mayor”, aseguró.

Para honrar su memoria en esta ciudad correntina también llamada Nuestra Señora del Rosario de Caá Catí –capital del Departamento General Paz– se dieron cita en mayo pasado autoridades provinciales, municipales, personal de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, docentes, alumnos y pobladores, convocados por la Asociación de Infantes de Marina de la Armada Argentina (AIMARA), Institución que nuclea a todas aquellas personas que sirven o han servido en este componente del Poder Naval Integrado.

Junto a todos ellos asistieron numerosos Veteranos de la Guerra de Malvinas provenientes de diferentes puntos del país –quienes recorrieron muchos kilómetros desde sus lugares de residencia– que se congregaron para homenajear a quien fuera su Comandante en 1982.

La plaza Manuel Belgrano de Caá Catí, donde se encuentra un monumento a los caídos en Malvinas, cuenta ahora con una placa homenaje de la AIMARA al Contralmirante Robacio en la que se puede leer: “Comandó al Batallón de Infantería de Marina N°5, de sobresaliente desempeño durante la batalla de Puerto Argentino en nuestras Islas Malvinas”. Fue colocada el pasado 29 de mayo, fecha en la que en 2011 falleció el Contralmirante Robacio.

Tal es la evidencia de que su legado sigue presente entre los ciudadanos de su localidad natal, que decidieron rendirle homenaje a través de una ceremonia de la que participó Juan Carlos Arcando, vicegobernador de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, donde tiene asiento el Batallón de Infantería de Marina N°5 (BIM5), quien estuvo acompañado por autoridades locales y Veteranos de Guerra de Malvinas de Ushuaia.

También se hizo presente la viuda de Robacio, Estela Argento, junto a sus hijos y nietos; su hermano, Capitán de Navío (RE) Héctor Robacio, también oriundo de Caá Catí; soldados conscriptos que estuvieron bajo su mando, y representantes del BIM5 y de la AIMARA, encabezados por su presidente, Vicealmirante de Infantería de Marina (RE) Juan Roberto Marín.

Asimismo participó del acto el Comandante de la Fuerza de Infantería de Marina de la Flota de Mar, Capitán de Navío Natán Gómez; el Jefe de la Delegación de Incorporación Naval Corrientes, Capitán de Corbeta Ernesto Acosta; y el Jefe de la Delegación del Liceo Naval “Almirante Storni”, Capitán de Corbeta Héctor Baéz.

El Vicegobernador Arcando recordó las acciones del entonces Capitán de Fragata Robacio durante la Guerra del Atlántico Sur, destacando su accionar como líder de 700 infantes de Marina y 200 soldados agregados como refuerzo por el Ejército Argentino durante los combates.

Arcando citó las propias palabras del héroe de Malvinas: “Yo no soy ni bravo ni valiente ni nada por el estilo. Soy un hombre común. Tengo miedo cuando cruzo la calle. Pero en Malvinas no pude tener miedo. No pude tenerlo porque creo que Dios no me dejó tenerlo, y la preocupación por mis hombres, su entrega, obviamente no me podían permitir el privilegio de tener miedo”.

El presidente de AIMARA, Vicealmirante Marín, relató que la AIMARA, coordinando esfuerzos con amigos de la ciudad de Caá Catí, había tomado la decisión de “homenajear en su justa medida a uno de los hombres que, como otros héroes nacionales, se han transformado en ejemplo de ideales y aptitudes personales y militares que, sin dudarlo, son ejemplo para las futuras generaciones”.

“Con la bravura y eficiencia que condujo a su unidad de combate, también vivió la post guerra, nunca se olvidó de sus hombres y de la reivindicación de la causa Malvinas. Trabajó incansablemente para que nadie se olvide de esos ‘leones’, apodo que él mismo les había asignado a sus subordinados, y con los que le tocó contribuir con la Defensa de la soberanía de nuestra Patria”, señaló el Vicealmirante Marín.

Mirando a un grupo de ex combatientes, el presidente de AIMARA manifestó: “Muestra del profundo afecto que estos conscriptos tienen aún de su Comandante –su segundo padre a rigor de sus propias palabras–, es que más de un centenar han viajado desde los lugares más lejanos de nuestra querida Patria, para estar presentes una vez más al momento de homenajear a su Jefe”.

Tras el emotivo momento vivido durante el descubrimiento de la placa, los acordes de la banda de música de la Policía de Corrientes agudizaron los sentimientos por el reconocimiento a este correntino que escribió con su accionar una épica historia, convertida en leyenda por la bravura que supo transmitir a sus soldados, inmortalizado en un chamamé que fue ejecutado en la plaza por dos músicos y cantantes locales.

Una docente le dedicó una canción a los Veteranos de Guerra presentes y el cura párroco bendijo la placa. Luego, se efectuó un desfile donde participaron Veteranos de la Guerra de Malvinas, instituciones escolares y fuerzas vivas, que marcharon frente a la casa natal del Contralmirante Robacio, donde se ubicaron las autoridades. Allí, ante la presencia del intendente Meza, la viuda de Robacio, hijos, nietos y quienes fueran sus subordinados, se descubrió otra placa recordatoria en honor a su legado, en la fachada colonial de su casa natal, ubicada en calle Alberdi y Sarmiento, en la que se puede leer: “Héroe de la Patria que nació y vivió en este solar”.

La emoción embargó a la viuda del Contralmirante Robacio cuando uno de los Veteranos de Guerra presentes le entregó la copia de una carta escrita por un grupo de ex Conscriptos a su Comandante, acompañada de una foto del momento de la entrega; hombres que se sienten hermanados bajo la figura de Robacio y mantienen siempre vivo el recuerdo de quien los comandó y guió con el ejemplo.

Ambas placas recordatorias están hechas de acrílico transparente sobre un fondo de granito; tal como era el Contralmirante Robacio, señalaron los integrantes de AIMARA: “Transparente en sus acciones y duro como el granito en sus decisiones”.

El Contralmirante Carlos Hugo Robacio

Carlos Hugo Robacio (1933-2011) comandó el Batallón de Infantería de Marina Nº 5 durante la Guerra de Malvinas. El desempeño de la unidad fue reconocido como excepcional e incluso los jefes británicos pidieron conocer al Comandante de esos hombres que se asemejaban a “demonios tirando”.

Autor del libro “Desde el frente”, dejó plasmada en su obra los más de 70 días del batallón en las islas, sus percepciones y experiencias, los detalles de aquellos momentos de gloria y dolor. Esto le fue posible porque durante su presencia en cercanías de Puerto Argentino, recorrió todas las posiciones del batallón. No estaban cerca; había 10 o hasta 12 kilómetros entre ellas. Pero él estuvo al lado de su gente en todo momento y así se lo recuerda.

Carlos Robacio dejó –además de su familia compuesta de su mujer Estela, sus dos hijos Carlos y Edda y sus cinco nietos– a un puñado de hijos que lo adoptaron como un referente de la vida, ya que muchos de sus hombres llegaron a considerarlo un segundo padre. Y también dejó un legado para los oficiales y suboficiales de la Infantería de Marina: la necesidad del adiestramiento. Es esa preparación para el combate lo que une al espíritu actual del BIM5 con el de los héroes de Malvinas.

Recibió la condecoración de “la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”; la del “Congreso de la Nación a los Combatientes de Malvinas”; y las del Ejército Argentino “Orden a los Servicios Distinguidos” y al “Mérito Militar” en grado de Comendador. También le dieron las medallas “Cruz Peruana al Mérito Naval” y “La Legión al Mérito” en grado de Comandante de la República del Perú.

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