Fuerza de Submarinos

La llegada de los primeros submarinos a la Armada Argentina

Por la necesidad de defender al país desde las profundidades del mar, a comienzos del siglo XX se acordó con Estados Unidos la capacitación de personal de la Armada Argentina en el arma submarina. En la década del ‘30 llegó el momento de la incorporación de las unidades.


miércoles 10, abril 2019

El 13 de abril de 1933, una escuadrilla integrada por tres flamantes submarinos fondeó frente a Buenos Aires para su presentación oficial. Fue revistada por el Presidente Agustín P. Justo, el Ministro de Marina Pedro Casal y los almirantes Manuel Domecq García e Ismael F. Galíndez, que intervinieron en las gestiones que determinaron la adquisición. Las tres naves habían arribado a aguas argentinas el 7 del mismo mes, convirtiéndose en los primeros submarinos de la Armada Argentina.

Los submarinos construidos en los Astilleros Tosi de Taranto fueron, por ese motivo, bautizados los “tarantinos”. Eran el ARA “Santa Fe”, botado en 1931; el ARA “Santiago del Estero” y el ARA “Salta”, botados al año siguiente, comenzando la tradición de nombrar a los submarinos como provincias argentinas cuyo nombre comienza con “S”. Las pruebas fueron numerosas y exhaustivas; terminaron en enero de 1933 con el mayor éxito.

Las tres naves zarparon para Argentina el 26 de enero de 1933. Al mando de la Escuadrilla estaba el Capitán de Fragata Ramón A. Poch, que también tenía el comando del “Santiago del Estero”; era Comandante del “Santa Fe” el Teniente de Navío Sadi E. Bonnet y del “Salta” el Teniente de Navío Rodolfo González Arzac.

El camino transitado hasta la adquisición

Desde finales del siglo XIX se daba una gran importancia a nivel mundial al torpedo como arma defensiva/ofensiva; y el desarrollo del submarino en los países europeos llevó a que las autoridades del Ministerio de Marina trataran de capacitar a su personal. Todo este movimiento se concretó durante la Primera Guerra Mundial. A principios de 1917 fueron enviados a Estados Unidos varios oficiales para prestar servicio, seguir cursos y adquirir conocimientos en las armas que se utilizaban en el conflicto.

Cuatro de estos oficiales fueron destinados a la Escuela de Submarinos de New London (Connecticut) para seguir los cursos del arma: los tenientes de fragata Francisco Lajous, Osvaldo Repetto, Eduardo A. Ceballos y Vicente Ferrer. Terminados los mismos, a fines de diciembre de 1917, los cuatro oficiales argentinos intervinieron en la recepción y pruebas de los submarinos clase «N», «0» y «R», actuando como instructores de las planas mayores. Por esa razón recibieron la «Victory Medal», condecoración acordada por el Congreso de los Estados Unidos a los que sirvieron en la Marina de Guerra de la Unión, durante la Primera Guerra Mundial.

En 1918 fueron enviados otros oficiales a seguir cursos en Estados Unidos, eran los tenientes Oca Balda, Ramón Poch y Alberto Teisaire. Por la ley de armamentos 11.378, sancionada el 29 de setiembre de 1926, se pudo comenzar con la adquisición de submarinos; y la construcción de talleres, varaderos y cuarteles necesarios para su reparación y mantenimiento en el puerto de Mar del Plata. El 7 de octubre de 1927 se firmó el decreto que autorizaba la adquisición de tres submarinos a Italia.

Ya arribados los sumergibles al país, el 3 de septiembre de 1933 llegó a la Base Naval Mar del Plata el guardacostas “General Belgrano” (ex crucero acorazado), para servir de buque madre de los submarinos adquiridos por la Armada. En esa fecha iniciaron las actividades en esa base y fue instituida como Día del Submarinista.

 

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