Antártida

La visión de política exterior antártica

El Director Nacional de Política Exterior Antártica, Máximo Gowland, en entrevista con Gaceta Marinera habló del binomio entre Cancillería y Defensa para llevar adelante la Campaña Antártica. Asimismo se refirió a la proyección del polo logístico en Ushuaia, al cambio climático, al turismo y los nuevos enfoques.


martes 24, enero 2017

Buenos Aires- La Dirección Nacional de Política Exterior Antártica, que encabeza Máximo Gowland, cumple la función de comunicar e insertar en el ámbito internacional la política nacional antártica. Dicha política se ajusta, por ejemplo, a cumplir los compromisos y la interacción con todos los países que son parte del Sistema del Tratado Antártico y los acuerdos que se desprenden del mismo.

Al respecto Gowland, quien acumula veinte años de experiencia diplomática y se especializó en el área antártica, afirmó: “El Tratado Antártico, hoy por hoy, lo vemos sólido y firme. No vemos ninguna intención de ninguno de los países de romper este equilibrio que el Tratado ha generado; que los países desarrollen su actividad en un marco de cooperación y de paz”.

Argentina es un actor antártico histórico; al crearse la base Orcadas en 1904 se estableció la primera base permanente del país. Es pionero, además, al crear el Instituto Antártico Argentino (IAA); también es un actor importante desde el comienzo del Tratado Antártico. En suma, Argentina se abrió camino en la comunidad antártica y conservarlo e incrementarlo es una tarea diaria.

El Programa Antártico Argentino tiene un componente de la Cancillería y tiene el soporte logístico del Ministerio de Defensa a través de las Fuerzas Armadas. La Armada Argentina, en particular, aporta los buques que abastecen y trasladan al personal militar y civil, entre los cuales están los científicos que continúan el legado de la ciencia.

“Desde un principio, la participación de las Fuerzas Armadas en todo lo que fue la actividad antártica ha sido muy intensa. Hoy, a mi juicio, Defensa y Cancillería tienen que estar permanentemente de la mano en el desarrollo de nuestra política antártica”.

Gowland agregó: “La relación tiene un ida y vuelta constante con actividades como el Curso de Navegación Antártica, donde yo participé dos años dando los cursos. Las Fuerzas Armadas nos dan además su aporte en las reuniones del Tratado Antártico en temas de navegación, de desarrollo cartográfico, que es un tema fundamental para la navegación antártica”.

La sintonía de trabajo conjunto interministerial continúa en desarrollo; el año pasado se creó una comisión biministerial y espera ver sus frutos. Se trata de un espacio para trabajar conjuntamente en las cuestiones antárticas como: el análisis de la infraestructura, las necesidades logísticas, la recuperación del rompehielos ARA “Almirante Irízar”; cuestiones fundamentales que enumeró la autoridad en materia de política exterior antártica.

“Es importante para la Argentina sostener estos esfuerzos. Nuestra presencia en la Antártida es primordial, es uno de los enfoques de nuestra política exterior que, por otra parte, ha sido constante. Siempre nuestra presencia y nuestra actividad antártica han sido prioritarias”, afirmó.

Polo logístico en Ushuaia

“Para nosotros es fundamental. Si uno ve cómo desarrollan la actividad antártica los cinco países que son puerta de entrada a la Antártida: Chile lo hace desde Punta Arenas, Sudáfrica desde Capetown, Australia desde Hobart, etc; es decir, los puntos más australes que tiene cada uno de esos países. Argentina lo tiene básicamente concentrado en Buenos Aires y, claramente, Ushuaia es el lugar indicado para tener este polo logístico”, señaló el Director Nacional de Política Exterior Antártica.

Se trata de una idea que tiene años de elaboración y su desarrollo es complejo por la interacción de varios actores, entre los cuales la Armada es uno de ellos.

“Es un desafío generar ahí un centro de nuestra actividad antártica, que puedan estar ahí establecidos permanentemente nuestros principales insumos logísticos antárticos. Que pueda haber una pata de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), una del Instituto Antártico Argentino, que podamos tener un museo y un centro de interpretación sobre la actividad antártica argentina”.

Cooperación científica internacional

“Ven nuestra ventaja comparativa en cuanto a la cercanía con Ushuaia, la importancia de la presencia logística de la Armada, los recursos de los barcos, la capacidad del Instituto Antártico para brindar apoyo a programas científicos de otros países. Todo esto ha generado una muy importante actividad que creo que va a ir incrementándose”, destacó.

Es importante remarcar como punto de referencia, tanto dentro como fuera de la región, el trabajo bilateral con Chile en materia antártica. Es prueba de ello la Patrulla Antártica Naval Combinada, con trayectoria de más de una década, actividad mediante la cual Argentina y Chile garantizan la salvaguarda de la vida humana en el mar o el vínculo entre institutos antárticos de ambos países.

El intercambio entre países también se ve al momento de brindar apoyo a programas Antárticos de Colombia, Alemania, Bulgaria, Perú, Ecuador, Brasil, entre otros.

“Nuestra idea es generar un protocolo de colaboración porque hemos visto que no hay una lógica, un protocolo, un procedimiento. Estamos tratando de generar algo de eso para que el país pueda canalizar los pedidos de los otros países, analizarlos desde Cancillería para ver cómo insertamos la cooperación”, contó Gowland.

Nuevos enfoques

Una meta importante a encarar es la renovación de la infraestructura. Cambió el paradigma de mediados del siglo pasado cuando la dificultad de las comunicaciones entre los distintos sectores en la Antártida convivía con la lógica de ocupar espacios en el continente blanco.

“Hoy eso ya no es tan así, hay medios con los cuales se puede llegar a cualquier zona de la Antártida en un día, hay medios de comunicaciones eficientes y demás. Hemos perdido un poco de terreno en comparación con otros actores y es algo que estamos tratando de recuperar”.

El camino que quiere transitar Argentina consiste en contar con infraestructura más eficiente y el equipamiento que acompañe el proceso con un fuerte enfoque en el desarrollo de energías renovables.

Cambio climático y turismo

Cómo afecta el cambio climático a la Antártida y cómo ese impacto puede afectar al resto del planeta son aspectos que están en constante observación.

“En el sector antártico argentino y la península, influye mucho. Se ve en el retraimiento de los hielos cómo afecta la cadena alimentaria de la zona. Se van corriendo las poblaciones de pingüinos más al sur porque dejan de haber zonas de hielo; es toda una cadena que se va afectando pedazo por pedazo”, sentenció Gowland.

“Por otra parte, el turismo al retraerse el hielo, aumenta la capacidad. La temporada se puede prolongar más, cada vez pueden ir más al sur; lo mismo con las flotas pesqueras, que cada vez pueden acercarse más al continente antártico y afectar la población de los pingüinos y todas las especies entrelazadas”, concluyó la autoridad.

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