La Batalla de la Vuelta de Obligado fue una de las acciones defensivas más importantes de la historia nacional, por ella se conmemora el Día de la Soberanía Nacional.

Corría 1845 en la reciente Confederación Argentina, cuya conducción estaba a cargo del Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas. Este mandatario estaba enfrentado con el presidente de Uruguay, Fructuoso Rivera, y sus sucesivos enfrentamientos debilitaron a las milicias argentinas. Años anteriores, el gobernador de Buenos Aires había reforzado una pequeña escuadra para lograr un bloqueo total a Montevideo, generando gran malestar a distintos países que utilizaban la Banda Oriental para comerciar sus productos, entre ellos, Francia y Gran Bretaña.

La intervención de dichas potencias era un hecho, y con la excusa de apoyar a Rivera, planeaban en silencio impedir la expansión hegemónica de Rosas, comerciar con el Paraguay y la provincia de Corrientes. El enfrentamiento diplomático de la Confederación y la falta de las negociaciones con Uruguay y sus aliados precipitaron los hechos en el tiempo. Así fue que el 22 de julio de 1845, las fuerzas navales europeas se apoderaron de la escuadra patriota, comandada por Guillermo Brown, quien cansado y con su salud quebrantada, debió regresar a Buenos Aires.

El 18 de septiembre del mismo año, una flota anglofrancesa decretó el bloqueo a todos los puertos de Buenos Aires, sin existir previamente declaración de guerra ni acciones bélicas que justificaran la medida. En simultáneo, milicias de igual nacionalidad tomaron Colonia y saquearon Gualeguaychú. Ante la inminente avanzada enemiga, Juan Manuel de Rosas ordenó evacuar la isla Martín García. De esta manera, el plan anglofrancés de dominar el río Uruguay y tener libre navegación del Paraná, ya no tendría más resistencia. Al menos así lo creían.

Juan Manuel de Rosas, sin una fuerza naval competente para hacer frente a la intromisión extranjera, dispuso la instalación de baterías próximas a San Pedro, provincia de Buenos Aires, en la conocida Vuelta de Obligado. Este lugar estratégico en la orilla occidental del Paraná es un recodo barrancoso con escasos 40 metros de profundidad y unos 700 metros de ancho.

El General Lucio Mansilla estuvo a cargo de la instalación: dividió su artillería en 4 baterías de sur a norte. La primera nombrada Restaurador Rosas, compuesta por seis cañones, al mando del Sargento Mayor de Marina Álvaro Alzogaray. La segunda fue bautizada General Brown, la componían cinco cañones y la comandaba el Teniente Eduardo Brown (hijo menor del Almirante). La tercera batería, llamada General Mansilla fue dispuesta sobre el nivel del río y contaba con tres cañones: la conducía el Teniente de Artillería Felipe Palacios. La última, denominada Manuelita, contaba con siete cañones navales y la conducía el Teniente Coronel de Marina Juan Bautista Thorne. Junto a esta batería de costa un ancla afirmaba tres gruesas cadenas que atravesaban el río sostenidas por 24 pontones fondeados y sujetos en la margen opuesta por el bergantín “Republicano”.

El combate se inició al amanecer del día 20 de noviembre de 1845, con un intenso cañoneo y fuertes descargas de cohetes sobre las baterías argentinas. El combate duró siete horas durante las cuales la intensidad del fuego y la convicción de los defensores no dieron espacio para la tregua.

A medida que se iban agotando las municiones, las fuerzas argentinas perdían iniciativa. Los anglofranceses desembarcaron para tomar las distintas baterías. Pasado el mediodía, el Comandante Tomas Craig incendió el bergantín argentino “Republicano”, para evitar su captura. Con pocas municiones en las baterías argentinas, el fuego mermó y la flota invasora llegó hasta las cadenas que impedía su paso, para romperlas a martillazos. Finalmente, los extranjeros consiguieron liberar el paso, adjudicándose la victoria pero a un alto precio.

Los aliados europeos tuvieron en la Vuelta de Obligado más de un centenar de bajas y sus buques fueron duramente averiados. Las pérdidas argentinas alcanzaron 250 muertos y 400 heridos, los emplazamientos con sus cañones quedaron destrozados, y tanto el “Republicano” como los pontones y demás embarcaciones fueron destruidos.

Esta Batalla es un hito en la formación de nuestra historia como Nación, porque unidos por la férrea convicción de la defensa y salvaguarda de nuestro territorio, los argentinos demostramos ser un país joven pero maduro en sus creencias. Aún en desigualdad de fuerzas y sin la tecnología de guerra que los extranjeros desplegaron en los frentes, la defensa nacional resistió, con el honor de quien por amor y patriotismo elige anteponer su vida antes que la libertad de un compatriota.

Día de la Soberanía Nacional

En 1974, los restos mortales de Juan Manuel de Rosas fueron repatriados, por lo que el historiador José María Rosa propuso al Congreso de la Nación Argentina sancionar el día nacional en su conmemoración. Así se instauró por medio de la sanción de la Ley Nº 20.770, confirmándose el 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional, en conmemoración de la batalla de la Vuelta de Obligado. El decreto Nº 1548 lo declaró feriado nacional.

En noviembre de 2010, año del Bicentenario de Argentina, la fecha fue promovida a feriado nacional mediante un Decreto promulgado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Por las condiciones en que se dio ese enfrentamiento, por la valentía de los argentinos que participaron en ella y por sus consecuencias, es reconocida como modelo y ejemplo de sacrificio en pos de nuestra soberanía.

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