Se cumplen 113 años del fallecimiento del marino que izó por primera vez el pabellón nacional en Ushuaia, marcando un hecho ineludible de soberanía argentina en esas tierras. Nacido en 1826 en Montevideo, participó a los 14 años en defensa de su ciudad natal contra el “sitio de Oribe”. En 1845 viajó con su familia […]

Se cumplen 113 años del fallecimiento del marino que izó por primera vez el pabellón nacional en Ushuaia, marcando un hecho ineludible de soberanía argentina en esas tierras.

Nacido en 1826 en Montevideo, participó a los 14 años en defensa de su ciudad natal contra el “sitio de Oribe”. En 1845 viajó con su familia a Francia, donde inició sus estudios en el Liceo Naval de Souriolt. Cinco años más tarde regresó directamente a Buenos Aires, donde se enroló como Subteniente de Artillería en la fragata “25 de Mayo”, bajo bandera argentina y con la firme convicción de defenderla.

Luego de una larga trayectoria –que incluyó dejar las filas de la Marina para regresar a ella con honores en 1874, logrando el grado de Coronel de Marina– marcaría para siempre la soberanía en las tierras del Sur, cuando en 1884, comandando una expedición de seis buques a Tierra del Fuego e Isla de los Estados, desembarcó en la Bahía Ushuaia, donde se encontró con el reverendo Thomas Bridges en la Misión Anglicana instalada junto a unos 350 pobladores yamanas.

Luego de entablar conversación Lasserre y Bridges, el pabellón nacional fue izado para siempre, marcando un hecho ineludible de soberanía argentina en esas tierras. Posteriormente, realizó tareas de balizamiento para mejorar la navegación en la zona, y construyó varios edificios públicos, entre ellos, la Subprefectura –antigua denominación de la base naval de la Armada Argentina–, constituyéndose estas primeras acciones de soberanía como ineludible evento fundacional de la ciudad de Ushuaia.

La ocupación del territorio y el ejercicio de los derechos soberanos sobre él, fue comunicada y aceptada por el gobierno chileno, en un viaje que Lasserre realizó tiempo después a Punta Arenas.

Como parte de su extensa carrera, trajo de Europa al crucero acorazado “Patagonia” y, retirado desde 1894, se dedicó a diseñar un bote salvavidas insumergible que fue probado con éxito y patentado en nuestro país, EEUU y Francia.

El 20 de septiembre de 1906, y luego de ser Jefe de la Segunda División Naval en Puerto Belgrano, falleció en la ciudad de Buenos Aires, ejerciendo el cargo de Vocal del Consejo Superior de Guerra y Marina.

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