Falleció el 17 de marzo de 1935, a los 66 años, habiendo dedicado 48 años de su vida al servicio a la Patria.

Hoy, a 86 años de su fallecimiento, recordamos al Vicealmirante Julián Irizar, un marino que dedico su vida al servicio de la Patria en y desde el mar. Fue Comandante de la primera expedición naval argentina a la Antártida y un precursor de la modernización de nuestra Marina, entre sus acciones más destacadas.

Cuando hablamos de Julián Irizar, lo primero que viene a la mente es la gran hazaña que protagonizó al rescatar a la expedición antártica del sueco Otto Nordenskjöld. Al mando de la corbeta ARA “Uruguay”, lo llevó a realizar una de las proezas más destacadas de su época, la cual le valió el reconocimiento mundial.

Hace ya 118 años, el entonces Teniente de Navío Irizar surcó las frías aguas australes que rodean al continente blanco, sorteando amenazantes témpanos, en busca de una expedición –de la que otro argentino era parte, el Alférez de Navío José María Sobral–, lo que marcaría un antes y un después en su carrera y se convertiría en el primer caso SAR (Búsqueda y Rescate) en la Antártida en el que la Armada Argentina seria protagonista. 

Todo comenzó en Buenos Aires cuando la corbeta ARA “Uruguay” zarpó en la primavera de 1903 rumbo al continente blanco. Rescataría a los náufragos que habían quedado repartidos en dos grupos, uno en la isla Cerro Nevado y los otros en isla Paulet, y el 12 de noviembre zarparían de regreso desde la Antártida con rumbo a Buenos Aires. Pero el continente blanco no haría fácil su despedida, convirtiéndolo en una odisea, ya que con tempestades cobró gran parte de la infraestructura de la corbeta, que llegó a tierra firme con la cubierta, el palo mayor y el trinquete destrozados.

El final del rescate llegaría el 2 de diciembre, con su regreso triunfal al puerto de Buenos Aires, frente a una multitud que los aguardaba ansiosamente y los vitoreaba. La hazaña había terminado, las páginas de la historia antártica argentina recordarían por siempre a esos valientes marinos y a su Comandante.

Julián Irizar, que había nacido el 7 de enero de 1869 en Capilla del Señor –una ciudad ubicada en el noreste de la Provincia de Buenos Aires–, a la corta edad de 15 años y con una fuerte convicción decidió ingresar a la Escuela Naval Militar. Al cumplir los 20 años de edad se encontraba recibiendo sus jinetas de Alférez de Navío siendo destinado al crucero ARA “Libertad”.

Su carrera militar, de extensa trayectoria y rápido ascenso, lo llevó a brindar 48 años de servicio a su Patria, en los que fue parte de la Plana Mayor de casi todos los buques de la Armada. Su valía fue tal que llegó a comandar la Escuadra de Mar, fue uno de los pioneros en la modernización de nuestra Marina de Guerra para los años venideros, alcanzando el grado de Vicealmirante.

En homenaje a su valor y su persona, que supo introducir a la Argentina en el camino antártico, fue bautizado el rompehielos de la Armada Argentina, que actualmente se encuentra desarrollando la Campaña Antártica de Verano 2020/21, buque antártico por excelencia.

Asimismo, fueron nombrados dos accidentes geográficos en el continente blanco. La isla Irízar, de 800 metros de largo, que se encuentra a menos de un kilómetro al Noroeste de la Isla de Uruguay, en la parte Noroeste de las Islas Argentinas, en el Archipiélago de Wilhelm. La isla fue descubierta por una expedición al mando de Jean-Baptiste Charcot, un médico y explorador polar francés. Y el lago y monte Irizar,en la Isla Decepción, localizados detrás de la Base Antártica Conjunta Decepción.

Julián Irízar falleció el 17 de marzo de 1935, a los 66 años. Sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta, junto otros prohombres de la historia argentina que supieron hacer grande a esta Nación. 

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