Suboficial Principal Darío Aberastegui

“El sentido de pertenencia es total”

El Suboficial Principal Apoyo General Cocinero Darío Aberastegui cuenta su experiencia naval como miembro de la Armada Argentina desde hace 31 años. Actualmente es el presidente del Casino de Suboficiales del Edificio Libertad.


jueves 16, junio 2022

Buenos Aires –Darío Aberastegui nació en el barrio platense de Los Hornos en diciembre de 1974, y a los 17 años aceptó el desafío de ser un hombre de mar. Desde muy joven sintió el llamado de pertenecer a la Armada Argentina.

Su ingreso fue motivado por su hermano mayor, quien se anotó con él, para dar este gran paso juntos en la vida naval. “Cuando era chico, no sabía lo que era la Armada y tampoco tenía familiares en la Fuerza. Mi hermano fue el que inició todo, él es 2 años más grande y me inscribió; después rendimos juntos e ingresamos. Él formó parte de la Armada durante 10 años y luego dejó la Marina por otros proyectos laborales”, introdujo el ahora Suboficial Principal Aberastegui.

Su familia recibió con orgullo y honor el ingreso a las filas de la Fuerza: “Ellos tenían un orgullo muy grande de que esté en la Armada. Tengo un hermoso recuerdo, una vez cuando llegó la fragata ARA ‘Libertad’ y yo estaba a bordo, alquilaron micros para ir a recibirme. Vino toda la familia con pancartas de mi barrio a acompañarme”, rememoró con emoción.

Oriundo de la ciudad de La Plata, fue a la Escuela N° 16 de la localidad de Tolosa, donde hizo la primaria. Finalizó sus estudios secundarios en el 2008 en Puerto Belgrano, y sus ganas de seguir estudiando y superarse lo llevaron años más tarde a concretar otra carrera, ligada a la militar, en su especialidad de cocinero.

“Estudié 4 años en el Instituto Argentino de Gastronomía, hice dos carreras: Profesional Gastronómico y Arte Culinario. La Armada Argentina me becó los estudios y fue el plus que me brindó herramientas para complementar mi especialidad”, destacó.

Su trabajo lo llevó a ser elegido por sus pares para llevar a cabo un trabajo muy especial: es el presidente del Casino de Suboficiales del Edificio Libertad, lugar de reunión para todos los suboficiales que revistan en la Sede del Estado Mayor General de la Armada.

El objetivo del Casino de Suboficiales es fomentar la camaradería, el deporte y las relaciones con otras Fuerzas Armadas: “Parte de la función de ser presidente es estrechar ese lazo de amistad mutuo entre el personal militar”, explicó.

En sus 31 años de servicio pasó por diversos destinos, como la Escuela Naval Militar, la Base Naval Ushuaia y la fragata ARA “Libertad”, entre otros: “Las experiencias en la Marina son todas maravillosas, cada destino te enseña algo, y cada lugar es una oportunidad nueva. Los mejores destinos fueron cuando estuve embarcado en unidades de superficie; el mejor, la fragata”.

“Fue hacia el inicio de mi carrera y los considero mis mejores años, porque fue una experiencia única, navegando por el mundo. También participé de navegaciones de vigilancia y control del mar en la milla 200”, agregó.

En este punto del relato intentó transmitir la emoción de navegar para un marino: “La camaradería que se vive navegando es fabulosa y es lo que un marino extraña siempre; lo sentís en el alma. Estoy muy contento con las experiencias que tuve en el mar”.

En su extensa carrera, también participó en Misiones de Paz en el extranjero: “Estuve en la República de Haití como parte de las Naciones Unidas en el 2013. Estar allí me permitió ayudar a la gente, porque en nuestra vocación de servicio buscamos ser solidarios con las personas que nos necesitan, y estamos para eso”.

“Es un orgullo grandísimo formar parte de esta Institución, el sentido de pertenencia es total”, enfatizó el Suboficial Aberastegui. “Vestir el uniforme… es lo más grande que me puede pasar. Y, como dije, es un orgullo y son muchas las sensaciones que uno vive desde adentro, desde el corazón; el marino siente eso”.

Alegre y expectante por su futuro, expresó: “En este momento de mi carrera ya estoy en la recta final. Lo que me espera es impredecible porque uno no sabe qué es lo que le va a tocar, pero donde la Marina me mande, ahí voy a estar. Hoy disfruto de mi puesto de trabajo y doy todo de mí, con mucha responsabilidad, para que todo salga bien”.

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