Cabo Primero Lucas Sebastián Ramírez

«La Armada es un proyecto de vida donde sos el protagonista»

El joven correntino, destinado en el buque logístico ARA "Patagonia" de la Armada Argentina, es Cabo Primero Máquinas y Nadador de Rescate (NR). Interesado más tarde en el nado en aguas de bajas temperaturas y abiertas, se convirtió en uno de los primeros en el país en practicarlo e integrar la asociación argentina “Nadadores de Aguas Frías” (NAF).


viernes 13, septiembre 2019

PUERTO BELGRANO – Nacido en la ciudad capital de Corrientes hace 27 años, Lucas Ramírez hizo la primaria en la Escuela “Eduardo Wilde» y la secundaria en el Colegio “Doctor Luis Federico Leloir». Sus papás no tenían relación con las Fuerzas Armadas, sólo un padrino aficionado a las películas de Rambo, sonríe el correntino, y confiesa que fueron las historias de su hermano mayor las que lo acercaron a la vida militar.

Lucas y su hermano Roberto son muy buenos en matemáticas, por ello al finalizar el secundario Lucas se inclinó por cursar una licenciatura universitaria, mientras que Roberto se inscribió en la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea Argentina. «Claro, en vacaciones venía a Corrientes y contaba todo lo interesante que hacía como mecánico de aviones y así, en sana competencia con él, ingresé a la Armada para ser maquinista en los barcos», introdujo. En cuanto a su especialidad naval, se interesó en Sistemas de Control y Propulsión.

«Pero mi hermano siempre va a ser el mejor, el más inteligente, un ejemplo en mi vida y mi gran motivación», remendó la rivalidad con él. Su mamá y su abuela aún siguen viviendo en Corrientes y dice que de su casa extraña tomar mate con ellas y compartir los asados en familia. «Porque la familia y el conocimiento son para mí lo mejor en la vida, y en la Armada uní ambos conceptos», destacó, ya que pudo aprender muchas cosas, y formó una verdadera familia con sus camaradas.

A la Armada Argentina ingresó en el 2011 y en el 2016 se hizo nadador de rescate cuando estaba destinado en el multipropósito ARA «Hércules». Fuera del ámbito militar hizo la Tecnicatura en Seguridad e Higiene y ahora cursa Automatización y Control (Controlador Lógico Programable) una nueva carrera en Bahía Blanca que tiene mucho que ver con su especialidad de maquinista, «que me encanta; también me gustan los Primeros Auxilios, fue así como empezó todo esto de la natación, porque antes de ser ‘rescate’ hice varios cursos en la Cruz Roja Argentina».

Al finalizar con éxito su capacitación como nadador de rescate, hacia fines del 2016, Lucas realizó una clínica de bautismo en agua fría en Monte Hermoso, motivado por el Suboficial Primero infante de Marina Gabriel Ceferino Lucero, únicos marinos que integran NAF.

Ángel del mar

La natación no sólo es una actividad recreativa y terapéutica, un deporte con disciplinas competitivas, sino también un trabajo con grandes responsabilidades. Además de un completo ejercicio que demanda entrenamiento progresivo, cuando la capacidad de nadar se proyecta al rescate deja de ser actividad y deporte para cuidar vidas e incluso salvarlas. El nadador que rescata entiende el valor de su formación, aplica técnicas, pone en riesgo su propia vida, y en la real valoración del prójimo, se convierte en un verdadero ángel de la guarda.

Lucas relató así el primer encuentro con la capacitación como nadador de la Armada, contó que en su tiempo libre a bordo del «Hércules» iba a toldilla a tomar aire, y en uno de esos días estaba cubriendo puesto el nadador de rescate asignado al buque; ahí se puso a charlar con él: «Me quedó eso de ‘salto del helicóptero y me tiro al agua’ pero como no sabía mucho, me propuse averiguarlo».

En el ámbito naval, los guardavidas son los nadadores de rescate. Su preparación física (terrestre y acuática) demandará una exigencia extraordinaria (fuerza) y sostenida durante un largo tiempo (resistencia), técnicas acuáticas, conocimientos en Primeros Auxilios, además de preparar una mente para el salvamento acuático como lo es el control del miedo, la evaluación de riesgos y peligros.

La finalidad del nadador de rescate es auxiliar al accidentado, prestar las primeras atenciones y solicitar ayuda médica, para ello la Armada Argentina los capacita y recalifica anualmente para cubrir puestos de guardia en buques de la Flota de Mar, en maniobras en cubierta, durante navegaciones y ejercicios nacionales e internacionales.

La Capacitación en Nadador de Rescate y sus cursos complementarios (Adiestramiento y Recalificación) dependen del Departamento Armas de la Escuela de Técnicas y Tácticas Navales (ESTT) en Puerto Belgrano. El curso es voluntario, se dicta una vez por semestre, abierto para Cabos Segundo y Primero de cualquier componente o especialidad naval y de ambos sexos. Cualquiera sea su jerarquía, edad, contextura física y género, las pruebas físicas son las mismas para todos.

Entre sus actividades como nadador de rescate, el Cabo Ramírez resaltó la comisión a bordo del aviso ARA «Puerto Argentino» hacia fines del 2017, embarcación designada como Buque de Estación en el marco de la Patrulla Antártica Naval Combinada (PANC) que se realiza desde hace 21 años con la Armada de Chile, operando en puertos del sur argentino y en la Antártida.

«Durante la PANC, recuerdo que el buque sale en la búsqueda del submarino perdido y como nadador de rescate cubría el puesto de timonel en la División Cubierta del aviso. Sentí una gran responsabilidad cuando llegamos al punto donde dijeron podíamos hallar al submarino e imaginaba la sensación de expectativa al verlos y salir al rescate y estar con ellos… al tiempo debimos regresar a Ushuaia para dar apoyo a la Campaña Antártica de Verano CAV 2017/2018», rememoró Lucas.

Su encuentro con el agua fría –ya sin el traje antiexposición de neoprene naranja característico de los nadadores de rescate– fue para servir mejor en su puesto de trabajo. «Cuando entré al agua fría, sentí que estaba vivo y me gustó. Ser nadador de aguas frías es una actividad sólo para valientes», describe Lucas con una sonrisa y agrega: «Lo pensé como una oportunidad para el rescate, porque sabía que me iba a servir mucho para mi actividad en la Armada Argentina».

Uno de los primeros nadadores en aguas frías

Lucas comenzó a desarrollar la disciplina junto a nadadores de reconocimiento nacional y mundial quienes también empezaban a incursionar en el 2017 en este nuevo aspecto de la natación.

«Conocí a Camilo López de Buenos Aires, uno de los promotores de la NAF y un gran cautivador, quien hoy es el presidente de la institución». La asociación argentina NAF se constituye formalmente el mismo año en el que Lucas y su mentor, Gabriel, la integran; y se consolida durante el 2018, organizando ese año las primeras fechas de competencia oficial.

«Cuando estuve en el sur, de comisión a bordo del ‘Puerto Argentino’ hice contacto con los NAF de Ushuaia y conocí a otro gran referente, de profesión guardavidas, Walter Ruano, es quien llevó la antorcha olímpica en los últimos Juegos Juveniles en Buenos Aires», apunta. El grupo lo llevó a Playa Larga y Laguna Esmeralda para nadar en aguas con temperatura de 2 grados, primeras travesías que Lucas guarda como un tesoro entre sus recuerdos. «A Esmeralda volvería; a la laguna llega una vertiente glaciar y nadé hasta la mitad de la misma donde se patina en invierno porque se congela», contó con entusiasmo.

Más adelante, conocería a Claudio Plit –tricampeón nacional, cuádruple campeón mundial y ganador de innumerables competencias de larga distancia y bajas temperaturas– y a los demás integrantes de la Fundación «No me olvides» de Mar del Plata, quienes están comprometidos con el proyecto de identificar las tumbas sin nombre de los soldados argentinos del cementerio Darwin y quienes organizan el «Desafío del Atlántico Sur» en el mar de las Islas Malvinas, donde le gustaría nadar algún día.

Lucas contó también que existen ciertas características, condiciones y cuidados al ingresar al agua fría y por ello la NAF se apoya en técnicas de seguridad de la Asociación Internacional de NAF (ISA), una de las organizaciones que participa de los Juegos de Invierno en Rusia. «Aunque aún no participé, estuve presente en la llamada ‘Milla helada de la ISA’ hacia fines del 2018, donde se nada esa distancia, por debajo de los 5 grados, en menos de 25 minutos y con un traje de baño estándar», explicó.

En Argentina, la primera competencia oficial NAF se realizó durante el 2018 con varias fechas en diferentes lugares del país (Monte Hermoso, Pilar, Viedma, ciudad de Córdoba, y Ushuaia) durante la cual se iban sumando las participaciones y los puntos, y donde Gabriel Lucero salió tercero en el Campeonato Nacional. Lucas ganó su primera medalla en Río Negro: «Aunque más que competir, prefiero compartir esta nueva experiencia con otras personas. Compito sólo conmigo. Mi idea es estar con la gente, que puedan disfrutar de la actividad, motivarlos y mostrarles que se puede».

Por ello ha participado de los últimos encuentros NAF en la zona sin competir, con ingreso de principiantes al agua fría y conferencias alusivas; estos se desarrollaron en Punta Alta por vez primera, ciudad cercana a la Base Naval Puerto Belgrano donde Lucas vive actualmente, y en Monte Hermoso, ciudad balnearia cercana a Puerto Belgrano también, durante la Travesía NAF de Faro Recalada. En este último encuentro estuvo presente la representante NAF en el último mundial de Rusia, la rionegrina Ailén Lascano Micaz. «Conocer a muchos competidores argentinos, quienes se destacan en el extranjero como Lascano, es mi mayor satisfacción, además de Plit, Ruano y López conocí a Victoria Mori y Matías Bolas; a todos los admiro».

Lucas contó cómo su curiosidad, entusiasmo, valentía y avidez de conocimiento lo fueron guiando donde hoy está. «Si tuviera que enviar un mensaje para los jóvenes de Corrientes, les diría que se animen, que la Armada es un proyecto de vida donde sos el protagonista», concluyó.

No es una de Rambo, pero la vida del Cabo Primero Lucas Ramírez de Corrientes es de película.

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