Capitán de Corbeta Meteorólogo Cristian Mauricio Raúl Vaca StahlSchmidt

“Me siento muy honrado y realizado profesionalmente”

Hoy se celebra en Argentina el Día del Meteorólogo por la creación del Centro Argentino de Meteorólogos (CAM). En reconocimiento a la importante labor que llevan a cabo los profesionales, presentamos al Capitán de Corbeta Vaca StahlSchmidt, Jefe de la División Meteorología del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada (COAA).


domingo 11, julio 2021

Puerto Belgrano – Un día como hoy de 1969 se fundó en el país el CAM que congrega a los profesionales meteorólogos de toda la Argentina. En conmemoración a este hecho, cada 11 de julio se celebra el Día del Meteorólogo. La Armada Argentina formó 22 años antes, el 17 de agosto de 1947, su propio Servicio Meteorológico con el propósito de realizar pronósticos específicos para las actividades navales, aeronavales y de Infantería de Marina. Cuenta con oficiales y suboficiales especializados, destinados en distintas centrales meteorológicas y unidades de asesoramiento.

La tarea de los meteorólogos navales está orientada a las cuestiones operativas propias de la Institución. Uno de ellos es el Capitán de Corbeta Cuerpo Profesional Técnico Servicios Hidrográficos Meteorólogo Cristian Mauricio Raúl Vaca StahlSchmidt, actual Jefe de la División Meteorología del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada (COAA).

 “La importancia de la meteorología en el ámbito naval es, por un lado, parte necesaria para realizar la planificación en las operaciones navales, y por el otro, para la correcta planificación de la logística naval”, explica el Capitán Vaca StahlSchmidt. “Es útil para la toma de decisiones de los comandantes al momento de realizar operaciones navales, aéreas y anfibias que deban ser ejecutadas en un área específica”.

Y detalló que también es necesaria para la planificación y ejecución de las operaciones antárticas y cualquier otra que deba realizarse en el extranjero, apoyando a todas las unidades intervinientes.

El Oficial, oriundo de la ciudad bonaerense de Punta Alta, eligió la especialidad al postularse para el ingreso a la Escuela de Mecánica de la Armada: “Siempre estuve interesado en la rama de las ciencias o las ingenierías y mi curiosidad por la Meteorología tomó mayor relevancia cuando fui conociendo cada vez más sobre su importancia para el desarrollo de las actividades humanas, comerciales y en especial, para las operaciones navales.”.

El Capitán Vaca StahlSchmidt asegura que la especialidad representa una gran oportunidad de desarrollar constantemente nuevos conocimientos y exige saber sobre física, estadística, computación y otras disciplinas para comprender los fenómenos atmosféricos y su relación con el hombre y el medio ambiente. “Considero que es necesario saber realizar investigaciones experimentales que permiten la verificación de los modelos, saber trabajar en grupo y de forma independiente, y poseer habilidades y herramientas adecuadas para la comunicación y gestión de la información meteorológica”, agregó.

Llegar a su actual cargo de Jefe de la División Meteorología del COAA, lo hace sentir “muy honrado y realizado profesionalmente, ya que asesoro al Jefe de Operaciones y al propio Comandante en meteorología”.

Gran parte de lo aprendido durante su desempeño como observador, ayudante de pronóstico, pronosticador meteorológico y, luego, Jefe de Meteorología en diferentes destinos, tanto en tierra –Base Aeronaval Río Grande, Servicio de Hidrografía Naval, Base Aeronaval Comandante Espora, Escuela de Ciencias del Mar, Cuartel General del Estado Mayor General de la Armada y actualmente COAA– como en el agua, embarcado en el rompehielos ARA “Almirante Irízar” y el transporte ARA “Canal Beagle”, le sirvieron como experiencia para poder brindar un adecuado asesoramiento a sus superiores.

Hoy, su labor cotidiana implica el desarrollo de varias tareas rutinarias, como la actualización de la información meteorológica para su análisis y posterior aplicación en la confección diaria de los pronósticos del tiempo y otras no tan rutinarias como, por ejemplo, mantener en condiciones óptimas el instrumental meteorológico instalado en acceso a la dársena (puede consultarse en http://emac.criba.edu.ar/2019/estaciones.php); actualizar los archivos de los modelos numéricos de predicción meteorológica (GFS) Sistema Global de Predicción; asentar los elementos del tiempo de la zona para mantener una estadística actualizada y, cuando se requiera, coordinar con las centrales meteorológicas y unidades de asesoramiento el seguimiento de las condiciones del tiempo realizando una revisión diaria de los pronósticos emitidos por éstas a las unidades de la Armada que se encuentren operando.

La División Meteorología del COAA se encuentra conformada también por tres suboficiales de la especialidad Servicios Hidrográficos Meteorólogos: los Suboficiales Mayores Nancy Gonzales y Fernando Torres y el Suboficial Primero Fernández. “Desde la Oficina de Meteorología se da apoyo y asesoramiento al Comando y a las unidades que soliciten información meteorológica y también se controla la calidad de los pronósticos que las demás centrales meteorológicas y unidades de asesoramiento meteorológico brindan a las unidades en navegación”, detalla el Jefe de la División.

Una carrera repleta de experiencias

En 1990, Cristian fue convocado para cumplir con el Servicio Militar Obligatorio (clase 71), prestando servicios en el Batallón de Artillería de Campaña Nº 1 Ec (BIAC), pero al transcurrir los primeros meses de ese año falleció su padre lo que representó una pérdida sumamente dura para él y toda su familia.

Al año siguiente, se inscribió como Tropa Voluntaria en la Base Naval Puerto Belgrano, donde cursó la instrucción militar en el entonces Campo Sarmiento –actualmente parte de la Escuela de Suboficiales de la Armada– egresando como Marinero Segundo Electricista.

Luego de cumplir un año en el Departamento Servicios Eléctricos, tuvo la posibilidad de inscribirse para incorporarse al Cuadro de Suboficiales: “Al cabo del año siguiente realicé el curso de Cabo Primero en comisión, egresando a fines de 1995 como Cabo Primero Meteorólogo”.

De allí lo esperaba la Base Aeronaval Río Grande (Tierra del Fuego) durante 5 años. “Mis recuerdos de aquel destino fueron los mejores, ya que mi primera experiencia empírica era adquirir los conocimientos como observador meteorológico de superficie, mientras tanto asimilaba las otras funciones del Servicio Naval. La calidad de la gente que encontré en ese destino aeronaval fue excelente”, contó, siendo el destino y el personal, los cimientos de su especialidad.

Todos los destinos de la Armada por los que transitó lo forjaron como militar y profesional. “Considero que todo lo aprendido a lo largo del tiempo, es de vital importancia para el desarrollo futuro de la carrera naval. Además en todos los destinos que presté servicios encontré personas con gran calidez humana y excelentes principios”, agregó.

Desde su ingreso a la Institución, las vivencias han sido innumerables pero recuerda especialmente una de cuando se encontraba atravesando la jerarquía de Cabo Primero a Cabo Principal. ”Siempre me emocionaba la posibilidad de poder salir a navegar. Me acuerdo que esperaba cualquier ocasión para poder embarcarme y vivir la experiencia naval verdadera, aunque no pude realizar ninguna navegación”.

Luego de algunos años y de evaluar las posibilidades de superarse profesionalmente en su carrera, solicitó la inscripción al Curso de Ascenso de Suboficial a Oficial (CASO), hecho que se concretó en el 2004 y egresó de la Escuela Naval Militar a fines del 2005 como Teniente de Fragata.

“Una vez egresado, mi jefe –el entonces Capitán de Corbeta Errecaborde– me informa que en 30 días debía embarcarme en el ‘Irízar’ para realizar la última etapa de la Campaña Antártica de Verano 2004/05”, recordó con emoción. “Fue un gran momento de felicidad, no sólo por la aventura de navegar sino también porque fui como Jefe de la Central Meteorológica del rompehielos”.

Tuvo la gran experiencia de estar embarcado también en el transporte ARA “Canal Beagle” durante sus tareas antárticas. “Siento que cumplí con lo que esperaba: ser marino y surcar nuestro mar argentino”, enfatiza.

De vuelta al pago

Cristian nació en el Hospital Naval de Puerto Belgrano, muy cerca de Punta Alta, al sur de Buenos Aires. Su padre era suboficial de la Armada Argentina.

“De pequeño recuerdo que mis padres alquilaban una pequeña casa en el centro de la ciudad, vivía junto a mis padres y mi hermana Silvina. Luego nos radicamos donde fue la casa propia de la familia, en el barrio Ciudad Atlántida, y donde nació mi hermana menor Romina”, recuerda.

Durante su niñez concurrió al Jardín de Infantes Nº 901 y parte de sus estudios primarios los hizo en la Escuela N°1. En los dos últimos años de la primaria se cambió al Instituto “José Manuel Estrada”, donde también hizo hasta 4º año de la secundaria. El 5º año lo culminó en el Colegio “Unidad Educativa del Ejército de La Paz” en el Estado Plurinacional de Bolivia en 1989, debido a que su padre cumplió funciones como Suboficial Auxiliar Militar en la Agregaduría de ese país.

Actualmente su familia se encuentra constituida por su esposa Susana, sus hijos Camila y Lautaro y su nieto Theo de 3 años. “Actualmente mi esposa y yo, nos encontramos viviendo en nuestra ciudad natal de Punta Alta”.

Con Susana se casaron cuando Cristian se encontraba de pase en Río Grande. “Recuerdo el día del casamiento; fuimos organizándolo con tiempo y lo concretamos acá, en la Iglesia Nuestra Señora Stella Maris de Puerto Belgrano”.

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