Institucionales
Inauguraron un busto del Contraalmirante Manuel José García-Mansilla en la Escuela Naval Militar
lunes, 6 de octubre de 2025
La escultura representativa de quien fue director del establecimiento educativo, ahora le rinde homenaje en la biblioteca que lleva su nombre.

Presidida por el Jefe del Estado Mayor General de la Armada, Almirante Carlos María Allievi se llevó a cabo el descubrimiento del busto junto al Director General de Educación de la Armada, Vicealmirante Juan Carlos Romay y el Director de la Escuela Naval Militar, Contraalmirante Pablo Germán Basso.
La obra escultórica fue donada por los descendientes del Contraalmirante Garcia-Mansilla, que se encontraron representados durante el acto de inauguración por Diego Mantilla García-Mansilla, bisnieto de Manuel José, junto a Leopoldo García-Mansilla.

Incansable labor académica
El Contraalmirante García-Mansilla fue uno de los tantos marinos destacados que se forjaron en los albores de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Un mundo en vertiginoso cambio y una Argentina que emprendía a transformarse en uno de los actores políticos de relevancia en el entramado internacional de la historia contemporánea.
Su formación naval, iniciada en Francia, lo llevaría a ver de primera mano las innovaciones tecnológicas del momento, llegando a ser uno de los principales impulsores de la modernización armamentística de la Armada Argentina, pero también, vería cómo los planes educativos militares europeos se modernizaban y emprendían cambios en la formación de sus oficiales.
Desde los albores de la Escuela Naval Militar en el vapor General Brown, la formación académica estuvo en vigor. Sin embargo, las vicisitudes de la vida embarcada dificultaban la existencia de un espacio físico para la consulta de material bibliográfico complementario, más allá de las posesiones del Comandante – Director.
La existencia de una biblioteca estuvo presente entre las necesidades de la Escuela Naval Militar desde su ley de origen en 1872. Con el tiempo, cuando sus sedes comenzaron a trasladarse a tierra firme, el espacio académico de consulta e investigación se iría materializando. La primera sede que invirtió grandes esfuerzos en cubrir este aspecto fue la de Caballito en el Palacio Videla Dorna.
Cuando en 1900 García-Mansilla asumió como Comandante - Director de la Institución, el interés en una formación académica de excelencia, fue su premisa. Esta nueva sede permitió incluir, entre laboratorios, gabinetes y talleres, una biblioteca de casi dos mil volúmenes.

En una carta elevada al Ministro de Marina, Capitán de Navío Onofre Betbeder, del 13 de mayo de 1902, se exaltó la necesidad de adquisición constante de material de consulta, como también así de realizar una correspondiente obra de infraestructura que permitiera acondicionar un espacio académico acorde.
Dicha iniciativa fue un éxito y una constante en el devenir de la Escuela, transformándose en uno de los espacios recurrentes, tanto por Oficiales como por Cadetes, en el transcurso por la Institución. Muestra de ello es el lugar, previamente diseñado, que ocupa en la actualidad en el centro del Edificio de Estudios en su sede en Río Santiago.
Durante la conmemoración del centenario del fallecimiento de García-Mansilla, en 2010, se nombró a la Biblioteca con su nombre, en reconocimiento a su incansable labor académica y como símbolo de su legado para con la Escuela Naval Militar, por orden del entonces Director, Contraalmirante Álvaro González Lonzieme.
Sus descendientes, quienes crearon una Comisión de Homenaje a su persona, fueron los artífices de este nombramiento y son los que mantienen vivo su legado desde 1910. En sus artículos fundacionales se propuso la donación de un busto a la Biblioteca de la Escuela Naval Militar, premisa que ahora fue cumplida por el aporte de Diego Mantilla García-Mansilla junto a Leopoldo García-Mansilla, quienes realizaron la ceremonia de descubrimiento del busto.
Este acontecimiento es una manifestación de la importancia que reviste la labor de la biblioteca como un espacio indispensable para la formación académica y cultural de sus usuarios. Su servicio de apoyo, permite diariamente realizar investigaciones, divulgar contenido científico y cultivar el interés en distintas ramas del saber. Este es sin duda uno de los tantos legados de García-Mansilla que persiste hasta la actualidad y seguirá siéndolo para la Escuela Naval Militar.
