Aviación NavalEspeciales

Volar el mar

El día de la Aviación Naval fue establecido el 4 de mayo con motivo del exitoso ataque que llevaron a cabo aviones Super Etendard con misiles Exocet, guiados por aviones Neptune, en el marco del Conflicto del Atlántico Sur, hecho que revolucionó la historia mundial de la aviación y fortaleció el Poder Naval Integrado.


jueves 4, mayo 2023

El 4 de mayo de 1982, la Aviación Naval marcó un antes y un después en la Guerra de Malvinas.


Siendo las 11:04 horas, los pilotos de la Armada Argentina tenían un enemigo que combatir y una angustia que superar, al haber sido atacado y hundido dos días antes el crucero ARA “General Belgrano”, que implicó la pérdida de 323 camaradas.


Esa mañana, el destructor británico clase 42 HMS “Sheffield” recibió el impacto de un misil Exocet AM39 lanzado desde los aviones Super Etendard, con información aportada por un avión explorador SP-2H Neptune de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración. Para la operación usaron una táctica jamás empleada en la historia de la aviación militar de combate: la combinación avión explorador – avión de ataque, que demostró su eficiencia al hundir al primer buque británico.


Los orígenes de la Aviación Naval se remontan a 1916 cuando, a muy pocos años del nacimiento de la actividad aérea a escala mundial, la Armada Argentina al igual que la mayoría de las Marinas del mundo comprendió que, para la paz o para la guerra, la vastedad del mar requería la integración de buques y aviones para controlarlo eficazmente.


Fue así que ese año un grupo de visionarios permitió sentar los primeros cimientos de la actual Aviación Naval, creándose el 11 de febrero con la firma de un Decreto del Presidente de la Nación Victorino de la Plaza, para materializar esa acción que iba en consonancia con las principales Marinas del mundo, al considerar que la actividad aérea sobre el mar era complemento indispensable en las operaciones navales.


La llegada en vuelo a Ushuaia e Isla de los Estados en los años 30 y el primer vuelo de una aeronave argentina en la Antártida –cuando un hidroavión Stearman 76 D-1 operó desde el transporte ARA “1º de Mayo” en 1942– demostraron también que las aeronaves navales argentinas desafiaban a las latitudes más australes.


Otra hazaña a nivel mundial llegaría en 1952, cuando dos aviones anfibios PBY-5 A Catalina efectuaron el primer vuelo mundial desde el continente americano con descenso en el continente blanco, al amerizar en la isla Decepción.


En 1962 la Aviación Naval llevó adelante un nuevo acontecimiento histórico en la Antártida, con la llegada al Polo Sur de dos aeronaves DC-3 navales, siendo los primeros aviones argentinos en cumplir dicha proeza y unos de los primeros también a nivel mundial.


La incorporación del portaaviones ARA “Independencia” en 1958 imprimió a la Flota de Mar un perfil operativo de avanzada, siendo reemplazado en 1968 por el portaaviones ARA “25 de Mayo”, proyectando las aeronaves de la Armada sobre nuestro Mar Argentino.


La Aviación Naval de la Armada Argentina cumple con misiones diversas a lo largo y ancho del país, incluso en la Antártida. Participa en las Campañas Antárticas de Verano con helicópteros Sea King de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, embarcados en el rompehielos ARA “Almirante Irízar”. Con ellos se lleva a cabo el reabastecimiento de las bases antárticas conjuntas permanentes y temporarias, el repliegue de residuos antárticos y el apoyo a la actividad científica argentina en el continente blanco. Además, estos helicópteros movilizan cargas de víveres, materiales científicos, de construcción y combustible.


Con una misión completamente distinta, pero igual de exigente, los Sea King y los Fennec –de la Primera Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros– participan todos los años de ejercicios de recalificación de nadadores de rescate. Esto los prepara para actuar en casos de Búsqueda y Rescate en el mar. Los Fennec, a su vez, son los helicópteros orgánicos de las unidades de la Flota de Mar, integrando el Grupo Aeronaval Embarcado.


A lo largo de 107 años de existencia, los aviadores navales argentinos llevaron a cabo raids de exploración del territorio nacional sobre el Mar Argentino y los grandes ríos, además de sobrevolar las latitudes más australes durante las campañas antárticas y realizar vuelos que servían para relevamiento topográfico.


La Aviación Naval creció en el seno de la Armada y su pasión por el mar, que ha sido en definitiva el que amalgamó todas sus virtudes y permitió definir su perfil, su carácter, su esencia, es el mar el que los obliga a volar sin referencia, viendo sólo el horizonte. El “marino que vuela” no es un eslogan, es una forma de vida, la esencia del trabajo en equipo, la respuesta naval integral y, finalmente, una necesidad estratégica y táctica cuya presencia es fundamental en el combate moderno.

Compartir en...