Un nuevo “Irízar” vuelve a navegar después del voraz incendio que lo alejó de las campañas en la Antártida, esas que desarrolló durante casi 30 años. Capítulo 1: Hielo... fuego... y mar y Capítulo 3: De vuelta al mar

Martes 10 de abril de 2007, 20.25 horas. El rompehielos navegaba a 140 millas al este de Puerto Madryn rumbo a Buenos Aires para concluir con su campaña antártica de verano, cuando el compartimiento de generadores eléctricos del buque empezó a arder.

El peor lugar para un incendio en un buque. El “Irízar” se quedó sin energía. Las llamas incontrolables, el humo y el peligro se propagaron con voracidad, por lo que el Comandante del «Irízar», Capitán de Fragata Guillermo Tarapow, ordenó la evacuación a las 23.30. Él se quedó a bordo.

“No podía permitir que las balsas se quemaran y la tripulación quedara aislada —dijo el Capitán Tarapow—. La gente que estaba a bordo y todos los que nos rodearon, miembros de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, marinos mercantes, Aviación Naval, demostraron que defendían al ‘Irízar’ porque lo aman, como lo aman todos porque es un símbolo argentino. Si había una persona que debía quedar a bordo era el capitán del ‘Irízar’.”

Sus 241 tripulantes pudieron abandonar a salvo el buque en 24 botes salvavidas y luego embarcar en un petrolero y dos pesqueros que estaban en la zona y que acudieron al rescate esa noche.

A pesar de los daños, el “Irízar” estaba estable y podía ser remolcado, pero en Madryn había vientos de 55 kilómetros por hora, con ráfagas de hasta 60, con un oleaje intenso.

Por fuera, el “Irízar” parecía intacto. Eran sus entrañas las que el implacable fuego había lacerado.

El rompehielos volvía de Ushuaia, luego de terminar la Campaña Antártica de Verano 2006/2007. Había estado cuatro meses en el continente blanco reaprovisionando las bases Esperanza, Jubany, San Martín, Primavera, Orcadas, Cámara, Petrel, Decepción, Melchior, Brown, Marambio, Matienzo y Belgrano II.

Abajo, en tierra, la incertidumbre sobrecogía a las familias de marinos y civiles que iban a bordo del rompehielos.

A las 4 de la mañana del 12 de abril, todos los tripulantes ya estaban en tierra firme en Madryn. Ahora faltaba salvar al “Irízar”.

Luego del abandono del personal del RHAI, los primeros en abordar el buque en medio del temporal y en pleno incendio , fue el personal de la Agrupación Buzos Tácticos, quienes permanecieron combatiendo el incendio hasta el arribo del buque a la Base Naval Puerto Belgrano junto con el personal del Servicio de Salvamento de la Armada.

El destructor ARA “Almirante Brown”, las corbetas ARA «Granville» y ARA “Robinson” y los avisos ARA “Suboficial Castillo” y ARA “Teniente Olivieri” acudieron al lugar para salvar al buque del fuego. La lucha duró 10 días.

Las 14.000 toneladas del “Irízar”, casi inertes, fueron remolcadas hasta Puerto Belgrano por el aviso “Castillo” y un remolcador privado. Llegó a la base el 20 de abril a la noche.

Clic para ver el tercer capítulo: De vuelta al mar

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