En coincidencia con su natalicio, desde hace 25 años sus restos mortales descansan en la Iglesia de la ciudad de Punta Alta, cabecera del Partido que lleva su nombre.

El Coronel de Marina Leonardo Rosales, tenía 44 años cuando la muerte lo sorprendió el 20 de mayo de 1836 en el pueblo de Las Vacas, en la República Oriental del Uruguay a donde había emigrado este insigne marino.

Esa noche, rodeaban su lecho varios militares, compatriotas y compañeros de armas cuando, antes de expirar, expresó como última voluntad que sus restos descansen en su país, en suelo argentino.

Pasaron más de dos siglos cuando pudo cumplirse su voluntad. En 1996, sus restos fueron embarcados en el Puerto de Montevideo a bordo de la corbeta ARA “Rosales”, arribando a Buenos Aires los primeros días de octubre de ese año, para luego seguir camino hacia la Base Naval Puerto Belgrano.

Un mes después, tras una procesión a través de la dársena y por las calles de la base naval y de Punta Alta, el 5 de noviembre de ese año sus restos mortales fueron depositados en el mausoleo de la parroquia María Auxiliadora. La elección de la fecha no fue casual, pues se la hizo coincidir con el 204 aniversario de su natalicio en 1792.

Ahora reposa definitivamente en la Iglesia matriz de la ciudad bonaerense de Punta Alta, cabecera del Partido que lleva su nombre ya que, cuando en 1945 se logró la autonomía de esa ciudad, ante la necesidad de bautizar al nuevo Partido, se pensó en el nombre de algún marino para reconocer la relevancia de la Armada en el distrito

La elección recayó en el Coronel de Marina Leonardo Rosales, que integra, junto a Guillermo Brown y a Tomás Espora, la trilogía de grandes héroes navales de la Armada Argentina.

El Coronel de Marina Leonardo Rosales tuvo heroica actuación en el combate de Quilmes. Durante la Guerra contra el Imperio de Brasil dio siempre muestras de valor en las acciones navales en que tomó parte, a tal punto que Brown durante el desarrollo del combate de Quilmes, expresó “No conozco más valientes que a Espora y Rosales”.

Para honrar a este prócer argentino, la Armada Argentina impuso su nombre por primera vez en 1874 a un bergantín goleta, luego en 1889 a una torpedera de mar. Lo llevó por muchos años un destructor de la Flota de Mar tipo Fletcher en 1961 y actualmente lo porta la corbeta tipo Meko 140.

Su vida y sus batallas

Nació en Buenos Aires el 5 de noviembre de 1792. Estudió en el Real Colegio de San Carlos y luego ingresó como soldado en el Regimiento de Patricios. Pero desde 1812 entró en el servicio “nacional marítimo” como marinero, iniciándose en la vida naval desde el cargo más bajo .

Participó en la campaña naval de 1814, intervino en el combate de Martín García, Arroyo de la China y Montevideo. Un año después prestó servicio en la escuadrilla fluvial en acciones en el río Paraná, ascendiendo a Subteniente y luego a Teniente.

Fue figura en las luchas civiles entre Buenos Aires contra los caudillos del litoral, y en el combate dado sobre el arroyo Colastiné en 1821 contra la escuadrilla de Ramírez, obteniendo el grado de Capitán.

Pasó varios años como comandante de matrículas de la Ensenada de Barragán, hasta que retornó a Buenos Aires cuando el conflicto con Brasil era latente. Comandó una cañonera, luego el bergantín “General Belgrano” y la goleta “Río de la Plata”.

Por otro lado, a bordo de la goleta «Sarandí» realizó varias campañas fluviales por 1829 y llegó al grado de Coronel. Con Rosas en el gobierno, su carrera fue cortada. Apareció en una lista de jefes perjudiciales, por opiniones y conductas, y fue dado de baja, pasando a revistar en la Plana Mayor Inactiva.

En septiembre de 1830 a bordo de la goleta Sarandí y zarpó con destino hacia la costa uruguaya, para incorporarse a las fuerzas de Lavalle. Esa fue su última actividad a favor de una causa que consideraba justa.

La muerte lo sorprendió el 20 de mayo de 1836 en el pueblo de Las Vacas, en la República Oriental del Uruguay a donde había emigrado.

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